Estimadas socias, estimados socios,
queridas amigas y queridos amigos de AMCA,
ahora que el año llega a su fin, necesitamos detenernos un momento y compartir con ustedes unas reflexiones de balance de actividades y de agradecimiento. El año 2025 concluye en un contexto difícil, marcado por guerras que continúan sin tregua, derechos humanos cada vez más frágiles y palabras que, en lugar de acercarnos, a menudo nos dividen. En un clima como este, es comprensible sentirse cansado de luchar o correr el riesgo de volverse indiferente.
Sin embargo, el camino de AMCA —y el vuestro, junto a nosotros— sigue recordándonos que hay otro camino posible. Es el camino de la solidaridad que se construye día a día, incluso en los contextos más difíciles. En los países centroamericanos donde operamos, encontramos mujeres, hombres y comunidades que no se rinden, que eligen seguir adelante incluso cuando todo parece ir en contra.
En el hospital pediátrico «La Mascota» de Managua, médicos y enfermeras acompañan a los niños y a sus familias con profesionalidad y humanidad, mientras que, en colaboración con el Ministerio de Salud, AMCA ha continuado con los proyectos de apoyo a los cuidados paliativos, la formación y los servicios esenciales. En México, las personas migrantes, especialmente mujeres y madres con niños, encuentran acogida y asistencia sanitaria en los refugios que apoyamos. En Cuba, nuestros proyectos transforman la solidaridad en energía solar que ilumina los hospitales y refuerza el sistema de salud pública. ¡Y estas son solo algunas de las actividades de AMCA que ustedes apoyan con su solidaridad!
En todas estas experiencias reconocemos un hilo conductor: la voz de quienes resisten, de quienes construyen esperanza con gestos cotidianos. Quizás este sea el regalo más preciado que nos deja este año: la conciencia de que la esperanza no es un sentimiento ingenuo, sino un acto de responsabilidad y resistencia. AMCA seguirá siendo una de estas voces, junto con ustedes que nos apoyan, nos acompañan y creen que la salud, la justicia y la paz no son privilegios, sino derechos universales.
Con profunda gratitud por vuestro apoyo, os damos las gracias de todo corazón. Que estos días nos ofrezcan un momento de pausa, de reflexión y de renovada atención hacia los demás.
Con cariño y gratitud,
El Comité directivo y el equipo de AMCA